Era una apuesta arriesgada y, por el momento, el balance es desastroso. Los Angeles Clippers se encuentran inmersos en una profunda crisis de juego, resultados e identidad, viendo cómo las lesiones de sus estrellas y las malas decisiones de su gerencia, echan por tierra el buen hacer de hombres como James Harden. El fichaje de Bradley Beal es la gota que colma el vaso.
Cuando vienen mal dadas, todo se junta. Eso deben pensar los responsables en la gerencia de Los Angeles Clippers, al ver cómo las derrotas y malas sensaciones se acumulan, siendo el pésimo nivel de Bradley Beal uno de los responsables de la falta de esperanza en el equipo. El experimentado escolta fue fichado con el objetivo de ofrecerle un entorno competitivo en el que pudiera volver a brillar, confiando en que recuperara su mejor versión, pero nada más lejos de la realidad.
Mientras tanto, Norman Powell está brillando con luz propia en Miami Heat, después de haber sido él la pieza de cambio para que Beal llegara a Los Angeles Clippers. Está confirman NP el tremendo error que cometieron los angelinos al subestimar su nivel y anteponer el pasado de Bradley Beal a sus prestaciones actuales. Si a eso le unimos las lesiones y problemas extradeportivos con Kawhi Leonard, todo indica que las cosas pueden terminar muy mal en la franquicia.