Los Lakers, ¿seguirán a la deriva?

Tras varios años sin proyecto, Los Ángeles Lakers han incorporado a jugadores capaces de conformar un equipo de garantías para afrontar la próxima temporada.

Adrián Levy | 09 Oct 2015 | 15:59
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BlogdeBasket, baloncesto en estado puro
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Cambios, cambios y más cambios. Esa ha sido la rutina en los Lakers desde que se disolvió el equipo campeón en 2009 y 2010. A partir de ahí se pueden contar con los dedos de la mano las alegrías de la franquicia angelina, que ha parecido entrar en un bucle de malas decisiones deportivas y desafortunadas lesiones en piezas clave de la plantilla.

La marcha de Phil Jackson y Derek Fisher a los Knicks no era garantía de éxito, a tenor de los números cosechados por el conjunto neoyorquino, pero sí que supuso un vacío difícil de llenar para el General Manager de los Lakers, Mitch Kupchak, La sucesión de jugadores poco rentables para la franquicia desde entonces ha sido continua. Estrellas del calibre de Dwight Howard (29) o Steve Nash (41) se mezclaron con jugadores de segundo e incluso tercer nivel que empeoraron las cifras del equipo angelino año a año. De hecho, el porcentaje de victorias no engaña. La temporada pasada fue la peor en su historia con 21 victorias y 61 derrotas, números que, increíblemente, empeoraban los de 2014, con un vergonzante 27-55.


Tras las malas cifras de los últimos tiempos, los Lakers han decidido reforzarse este año con el novato D'Angelo Russell (19) -elegido en el número dos del Draft- y hombres como Roy Hibbert (28), Brandon Bass (30), Marcelinho Huertas (32), Lou Williams (28) y Metta World Peace (35), quienes acompañarán al sempiterno Kobe Bryant (37) en la búsqueda de unos playoffs a corto plazo y cierta estabilidad deportiva para las temporadas venideras.

Una de las pocas alegrías que se han llevado los seguidores de los Lakers se produjo en diciembre pasado, cuando Bryant superó a Michael Jordan como tercer máximo anotador en la historia de la NBA (32.293 puntos). Pero la emoción duró poco, ya que una inoportuna lesión en el hombro dejó en el dique seco al escolta nacido en Filadelfia, quien apenas pudo jugar 35 partidos la temporada pasada. Anteriormente, ya había sufrido una fractura en la rodilla izquierda y la rotura del tendón de Aquiles del pie izquierdo, lesiones que han lastrado su carrera en las últimas campañas, mermando aún más si cabe la escasa rotación del equipo.

Viejas caras, nuevas oportunidades

Al roster ha vuelto un viejo conocido de la afición del Staples Center: Metta World Peace, antes conocido como Ron Artest. Ese extraño alero al que le gusta ponerse “conos de helado en los pezones” y llamarlos “siliconos”, regresa a los Lakers con un contrato no garantizado de un año por el salario mínimo, después de deambular por varios países con más pena que gloria. Su aportación, si un milagro no lo impide, será la de aleccionar a las jóvenes promesas en el noble arte de no hacer prisioneros si la cosa se pone tensa. En el caso de que se aparezca la virgen, Artest empezará a defender hasta que el cuerpo le aguante y los demás se sentirán motivados y dispuestos a correr. Hay cosas que nunca cambian.


Otra de las incorporaciones más sonadas del verano en la Bahía de Santa Mónica no ha sido la de Greg Monroe, ni la de Marc Gasol, ni la de LaMarcus Aldridge…Tras varios intentos frustrados de contratar a un center de renombre, los Lakers se hicieron con los servicios de Roy Hibbert. No era la opción principal y probablemente tampoco estaba entre las cinco primeras, pero es que el proyecto deportivo de Kupchak y Byron no tiene rumbo. Para el bueno de Hibbert, ésta será su oportunidad de redención, de reencontrarse consigo mismo y de olvidar el bache de juego por el que ha pasado en las últimas temporadas en Indiana.


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Jóvenes promesas

Por suerte para la franquicia de California, en su haber cuenta con tres prometedores jugadores que deberán demostrar en los próximos años si están a la altura de las expectativas creadas. El primero de ellos es el ala-pívot Julius Randle, quien apenas pudo disputar 14 minutos del primer partido de la pasada campaña ante Houston Rockets. Una inoportuna rotura de tibia acabó echando por tierra el esperado debut del joven tejano proveniente de la Universidad de Kentucky. Elegido en el puesto número 7 del Draft 2014, sus condiciones son brutales: es rápido, es fuerte, no le quema la pelota en las manos y, por encima de todo, es un animal reboteador. Aún disfrutando de estas virtudes, deberá mejorar su defensa y comprobar si su estado físico y mental se ha recuperado tras una complicada y larga lesión. Después del último partido de pretemporada frente a Utah, Kobe Bryant le definió “como Lamar Odom en el cuerpo de Zach Randolph”. Veremos si vuela tan alto.


Otro de los motivos para ilusionarse se llama Jordan y se apellida Clarkson. El tejano se desempeñó con total soltura en su papel de playmaker durante la pasada campaña, aportando al equipo 11,9 puntos, 3,2 rebotes y 3,5 por partido. Estas cifras le sirvieron para estar en el mejor quinteto de rookies de la campaña 2014-2015, junto a Mirotic o Wiggins. Pero la competencia para el bueno de Clarkson será dura. A la ciudad ha llegado para quedarse el número 2 del último Draft, D’Angelo Russell. El base, procedente de la Universidad de Ohio State, es un tipo versátil que incluso puede jugar como 2, dándole un respiro a la Mamba Negra. Entre sus virtudes destaca la capacidad anotadora y su rol de playmaker. Un generador de juego que además sabe buscarse su propio tiro será imprescindible para desatascar el juego de los Lakers. Eso sí, deberá controlar las pérdidas de balón para no saturar a la grada del Staples Center. Scott ya ha probado a ambos jugadores junto a Bryant en un perímetro en el que, por un lado asusta por su facilidad anotadora, pero por otro cuenta con el hándicap de la debilidad física.

la mejor incorporación del verano para la franquicia angelina ha sido la de Lou Williams, nombrado Mejor Sexto Hombre de la NBA en 2015

Más caras familiares

A diferencia de otros años, los Lakers han decidido contratar a algunos jugadores de equipo que completen una rotación elemental para, al menos, luchar por los playoffs. Desde los Celtics ha llegado Brandon Bass, un ala-pívot bajito pero sacrificado que aportará puntos de media distancia. El brasileño Marcelinho Huertas ha cruzado el charco tras largos años de estancia en Europa es, siendo fundamental su experiencia y dirección de juego en la posición de base. Pero sin duda, la mejor incorporación del verano para la franquicia angelina ha sido la de Lou Williams, nombrado Mejor Sexto Hombre de la NBA en 2015 y conocido extradeportivamente por disfrutar de una adorable relación a dos bandas, consentida y difundida en redes sociales. Proveniente de los Raptors, fue adquirido como agente libre con un contrato de tres temporadas y 21 millones de dólares. El puesto de escolta está bien cubierto con Williams, por lo que probablemente Bryant se desplace a la posición de 3. Allí en una esquina también jugará el microondas por excelencia, Nick Young, prometido de la rapera australiana Iggy Azalea.

Con este roster tan peculiar se presentan los Lakers en una nueva temporada que difícilmente podrá ser peor que la de 2015. Por desgracia, parece que en la planta noble del Staples Center no tienen muy claro qué rumbo debe seguir la franquicia, con un Kobe mayor y renqueante junto a una política de fichajes poco acertada y ciertamente extravagante. Si las lesiones respetan a la plantilla, en las buenas podrán alcanzar primera ronda de playoffs. En las malas, volverán a presentarse como el conjunto decadente de los últimos tiempos.