
Cuando hablamos de Marquese Chriss es normal que a mucha gente no le suene su nombre, ya que su irrupción en el mundo del baloncesto ha sido verdaderamente sorprendente. Llegó a la NCAA sin hacer mucho ruido y un año después se sitúa como uno de los principales candidatos a ser top-5 en el Draft 2016. Y es que, su capacidad de mejora le convierte en un jugador con gran potencial, algo que gusta mucho a las franquicias de la NBA.
El primer año de Marquese Chriss en la NCAA, en las filas de Washington Huskies, ha sorprendido a todos los expertos, que no se esperaban tal explosión de un jugador que lleva pocos años jugando al baloncesto de una forma seria. Nadie proyectaba hace un año un puesto tan alto en el Draft 2106, pero sus promedios de 13,7 puntos, 5,4 rebotes y 1,6 tapones le han puesto en boca de todos.
Lo primero que destaca en Marquese Chriss es su capacidad física. Seguramente es el jugador más explosivo de todo el Draft 2016 y su capacidad para recorrer la cancha es realmente increíble. Además, lo hace con una tremenda facilidad, transmitiendo la sensación de que no le supone ningún esfuerzo físico. Como no podía ser de otra manera, esa explosividad le convierte en un muy buen penetrador y finalizador cerca del aro.
También tiene un tiro exterior bastante aceptable para su altura, como demuestra el 21 de 60 (35% de acierto) que ha firmado esta temporada en la NCAA. Si a eso le unimos la capacidad física que hemos mencionado antes, Marquese Chriss cumple a la perfección el prototipo de ala-pívot moderno que triunfa en la NBA.
Por contra, son varios en los aspectos que Chriss tiene que mejorar. El primero de ellos es el de su capacidad reboteadora. Un jugador que mide 2,10 y que tiene esa capacidad física y de salto, debería rebotear bastante más que los 5,4 que ha firmado este año. Sobretodo debe hacerlo en lo que a la colocación para el rebote se refiere, ya que la mayoría de las capturas vienen a través de su salto.
También tiene que mejorar mucho en defensa. Sus fundamentos defensivos son bastante deficientes y no es raro que en muchas ocasiones sea un lastre para la defensa colectiva. De su capacidad de mejora en este aspecto puede depender mucho su carrera en la NBA.
Hay otro aspecto con mucha mejoría, pero que no parece preocupar tanto como los otros. Y ese es su lectura del juego. Comete fallos en muchas ocasiones y no toma las decisiones acertadas. Pero es de esperar que poco a poco mejore mucho en este aspecto, ya que hay que tener en cuenta que lleva pocos años jugando al baloncesto.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, no hay duda de que Marquese Chriss tiene cualidades y un enorme margen de evolución. Si es capaz de trabajar y aprender, puede tener una brillante carrera por delante. Lo que es casi seguro, es que va a ser uno de los grandes nombres del Draft 2016.