Además de uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto y el mayor exponente de la década de los 90´s, Michael Jordan fie también el primer gran icono mundial que tuvo la NBA. El jugador de los Chicago Bulls fue un fenómeno único en cuanto a popularidad -aún lo sigue siendo- pero el proceso de asimilar y triunfar a pesar de todo eso fue único.
BJ Armstrong, uno de sus compañeros en el primer three-peat de los Bulls, recordó como era esa faceta de Jordan. “Recuerdo que cuando era joven soñaba con jugar en la NBA” comenzó el ahora agente de jugadores, quien recordó que cuando llegó a Chicago pensé “debo ser cuidadoso de lo que deseo, porque puede que eso ocurra” pensó. “Michael fue la primera persona que me mostró lo que significaba ser una estrella, pero vos no podés ser esa estrella y no aceptar todas esas cosas que vienen con ello”.
Lesson learned: Around Jordan, teammates saw price of fame
— Tim Reynolds (@ByTimReynolds) May 4, 2020
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Armstrong recordó que durante el three-peat, lo que hizo cambiar todo fue que “nosotros entendimos sus presiones, él entendía lo que nosotros necesitábamos y por eso fuimos un grupo especial que se mantuvo junto” pero recordó que “no le deseo el estrellato a nadie. Cuando alguien me dice ‘este chico es una estrella’, le deseo buena suerte, porque lo que hace falta para ser una estrella a ese nivel es increíble. Siempre con seguridad, lidiando con entradas, siempre tiene que estar alerta, y nunca hay una preparación para ello”.
Este testimonio, explicito como pocos, marca las presiones que recibía no solo Jordan, sino que también es extrapolable a las estrellas actuales de la liga, quienes además deben lidiar con las redes sociales. Sin embargo, al final del día y tal como resumió Armstrong, “Air Jordan era buenísimo y Dios lo bendiga, pero siempre recordaré mejor a Michael, la persona”.