Hay una voz constante en Chicago que no deja de susurrar a la gerencia del equipo que deben traspasar a Lauri Markkanen. Desde su llegada a los Bulls, el finlandés ha sido uno de los proyectos que más ilusión han generado en el equipo. Pero su tardía explosión y que no acabe de ser un jugador de la entidad que se esperaba parece desesperar a los mandamases de Chicago Bulls.
El tiempo se va agotando y en la franquicia de la Conferencia Este no quieren dejar pasar la situación para más allá de esta próxima offseason que arrancará en unas semanas. Con la posibilidad de abordar un traspaso y recibir piezas interesantes por su salida o liberar espacio a través de la Agencia Libre, desde Ilinois ya han dado el sí al jugador y al entorno, y se valorarán las propuestas que vayan llegando.
Sea como fuere, lo que está claro es que el deseo del jugador también es el de salir y con un destino concreto. Firmar por Dallas Mavericks y cerrar un Big-Three tremendamente curioso, con tres nacionalidades europeas diferentes.
¿Es lo que necesitan en Texas?
Sumar a un gran jugador que pueda acompañar en su responsabilidad ofensiva a Kristaps Porzingis y Luka Doncic es la obsesión del conjunto que dirige Rick Carlisle. Una tercera espada complementaria y de mucho nivel que pueda elevar las opciones de pelear por grandes objetivos a la franquicia tejana. Ahora bien, la pregunta es obligada y es que no puede ser otra. ¿Es ese jugador Lauri Markkanen?
Por lo que hemos visto hasta ahora, claramente no. Un jugador con tremendas condiciones, con un techo de crecimiento muy lejano y una serie de aptitudes más que resaltables, pero ensombrecidas por la enorme irregularidad y las constantes desapariciones de un jugador que parece vivir constantemente en un quiero y no puedo.