Segundas partes pueden ser muy buenas. Eso es lo que se proponen Usman Garuba y el Real Madrid, que vuelven a cruzar sus caminos después de que la pantera de Azuqueca se marchara en 2021, tras cuatro años militando entre el primer equipo y el de EBA, y más tiempo aún forjándose en la cantera. Vuelve a sus orígenes para recuperar su mejor nivel.
Cuando las cosas no van como se esperaba, nada mejor que volver a casa. Usman Garuba ha tomado la decisión de renunciar a su sueño de la NBA, al ver cómo el hecho de haber sido elegido en el puesto 15 del Draft no le ha reportado las oportunidades que él esperaba. Un jugador tan competitivo como él no solo necesita entrenamientos de mucho nivel, sino también sentir que está jugando por objetivos importantes y sentirse bajo una exigencia máxima. Así se educó en el Real Madrid y no ha experimentado eso desde que marchó a Estados Unidos.
La potencia defensiva que atesora se ve mermada en la NBA, por la movilidad impresionante de jugadores aún más grandes que él, mientras que la falta de minutos le ha impedido evolucionar en aspectos ofensivos. Es un jugador más fuerte y más completo que el que se fue hace unos años y quiere demostrarlo en un Real Madrid en el que compartirá pintura con Tavares, formando una dupla defensiva antológica. Su llegada es importante para el club merengue por la marcha de Poirier y de Yabusele, haciendo que Ndiaye e Ibaka sean pívots suplentes de nivel.
- Garuba formará el juego interior del Madrid junto a Tavares, Ibaka y Ndiaye
Deberíamos una versión más incisiva de Usman Garuba, cuya fortaleza a nivel físico ha de reportarle un mayor dominio de la pintura en aspectos como el rebote y el ataque en poste bajo. Será interesante ver si Chus Mateo le une a Tavares muchos minutos o le da el rol de 5 en algunos tramos para sustuir al de Cabo Verde. En definitiva, un fichaje de lujo para el Real Madrid y un entorno propicio para que la pantera vuelva a rugir y, quizá, se replantee su vuelta a la NBA dentro de uno años.