El arma de doble filo para las jóvenes promesas de Oklahoma City Thunder

Su candidatura al título en este 2025 es evidente y cuentan con jugadores de referencia, tanto de presente como de futuro. Sin embargo, la acumulación de talento joven y exigencia máxima a nivel competitiva, puede mermar mucho los números y la progresión de algunos jugadores. Oklahoma City Thunder afronta una interesante encrucijada.

Bendito problema pensarán algunos. Tener mucho talento joven nunca puede ser malo, pero en una competición tan exigente en todos los sentidos, como es la NBA, se requiere un total equilibrio en la planificación de una plantilla. Oklahoma City Thunder ha conseguido construir una identidad propia de juego y un sentimiento de pertenencia de sus jugadores, haciendo que el proyecto crezca mucho más rápido de lo esperado. Son ya firmes candidatos al anillo, algo poco habitual teniendo jugadores por desarrollar, de apenas 22 y 23 años, como Chet Holmgren y Jaylen Williams.

Ambos cuentan con el rol de futuras estrellas, pero se han topado con un ecosistema en el que no se les nutre de balones para que tengan protagonismo y firmen grandes estadísticas. Por el contrario, han tenido que adaptarse a un equipo ya hecho y buscar su hueco para sumar. Giddey no estuvo dispuesto a ceder soberanía por el bien común, interpretando que se estaba socavando su libertad para progresar como jugador. Su marcha podría sembrar la duda en la mente de estos dos futuribles All Star, que pueden vivir tardes de gloria como parte de un equipo, pero ven cómo se reduce su protagonismo individual.