
Kyle Korver ha tenido que luchar contra las lesiones durante el verano para poder iniciar la temporada a su mejor nivel y con garantías de éxito. Tras dejar atrás sus problemas físicos, el jugador se ha marcado un sorprendente reto con el que espera poner a prueba el límite de su cuerpo.
El alero de los Hawks quiere seguir el exigente ritual japonés 'Misogi', práctica ancestral que purifica el cuerpo, la mente y el espíritu diseñada para romper y ampliar los límites del ser humano.
Como parte de esta filosofía, Korver seguirá un entrenamiento específico que incluye subir, en un mismo día, cincuenta veces un rascacielos de 73 plantas ubicado en la ciudad de Los Ángeles, o, lo que es lo mismo, más de 50.000 escalones o unos 8.838 metros, una distancia similar a la altura del Monte Everest.
A esta misma alusión ha acudido el propio jugador, quien ha confirmado que tiene intención de llevar a cabo la prueba el próximo verano. "Bueno, es un poco más seguro que escalar el Everest", declaró entre risas.
Además, Korver ha incluido en su entrenamiento otros ejercicios específicos de la rutina Misogi, como correr en el agua cargando una piedra de unos 35 kilos, todo ello bajo la atenta supervisión del científico deportivo Marcus Elliott, médico encargado de la rehabilitación del jugador durante el periodo estival.
El alero no pudo disputar los últimos dos partidos de las Finales de Conferencia ante Cleveland por una rotura de los ligamentos del tobillo.
En este inicio de temporada, Korver presenta unos promedios de 9.8 puntos, 3.8 rebotes y 2.5 asistencias por partido, con una efectividad desde el perímetro del 37.5% que es, por otro lado, el peor registro en esta faceta de su carrera.