La NBA presenció esta madrugada una exhibición en el tiro nunca antes vista en la historia de la competición norteamericana.
Los Cavaliers protagonizaron un auténtico vendaval en ataque que se saldó con un total de 123 puntos después de anotar 25 triples, lo que supone la marca más alta de todos los tiempos en un partido de la NBA, incluyendo temporada regular y Playoffs. El anterior récord estaba en manos de Orlando Magic y Houston Rockets, con 23. Esta superlativa demostración de eficacia resultó clave en la cómoda victoria (123-98) sobre los Hawks de los de Tyronn Lue, quienes colocan el 2-0 a favor en la serie.
El show anotador, del que fueron partícipe hasta diez jugadores con al menos un lanzamiento exterior encestado, comenzó en el mismo instante en el que lo hizo el partido. Los Cavaliers anotaron ocho triples en el primer cuarto para tomar con facilidad el control del partido tras los primeros doce minutos (20-35).
Lejos de bajar el pistón, los locales intensificaron aún más su repertorio ofensivo para sumar otros diez triples más en el segundo parcial y aumentar las distancias hasta los 36 puntos antes del descanso (74-38).

Después de la reanudación, los Hawks duplicaron sus esfuerzos en defensa para conseguir reducir ligeramente las diferencias y detener una sangría que amenazaba con convertir el resultado final en una auténtica humillación para los visitantes.
LeBron James (27 puntos y 5 asistencias), J.R.Smith (23 puntos) y Kyrie Irving (19 puntos y 6 asistencias) fueron los máximos artilleros de los Cavaliers, mientras que Paul Millsap (16 puntos y 11 rebotes) y Jeff Teague (14 puntos y 6 asistencias) destacaron por el bando rival.