Las apuestas megalómanas no tienen término medio; o la gloria o el infierno, o el título o la debacle. Brooklyn Nets ha conseguido unir en la misma plantilla a tres de los mejores jugadores de la NBA y es consciente de que no solo se le exigirá dar espectáculo y cosechar resultados históricos, sino también el anillo. Todo lo que no sea eso será considerado un fracaso en un proyecto que ha dinamitado toda percepción de futuro por fichar a James Harden y desafiar las leyes de la lógica. Los interrogantes son muchísimos, inversamente proporcionales al fondo de armario con el que contarán en el banquillo y a la experiencia de Steve Nash.
Vayamos por partes. Sacrificar a uno de los pívots más prometedores de la liga como Jarrett Allen ha sido un peaje necesario para los aires de grandeza de la gerencia, pero una decisión que les perseguirá durante mucho tiempo si no hay química entre el Big 3. Prescindir también de un consumado defensor como Taurean Prince ha generado muchas dudas en los aficionados, que se preguntan, no sin razón, quién va a defender en este equipo. ¿No se podría haber prescindido de un tirador como Joe Harris?
La lesión de Dinwiddie y estas salidas dejan un quinteto asombroso, con DeAndre Jordan como único referente del juego interior y la necesidad imperante de que en cada momento de cada partido haya uno de las tres estrellas en pista. Se intuyen serias dificultades para lidiar con el ego de hombres díscolos como James Harden y Kyrie Irving, y en la memoria de los aficionados de los Nets aún perdura el fracaso del anterior proyecto grandioso que se quiso abordar, con Pierce y Garnett como estiletes.
Steve Nash y un completo panorama táctico con estos Brooklyn Nets
El adiós a Caris LeVert se intuía y no es tan dramático a tenor del rendimiento ofrecido, aunque todo dependerá de cómo se adapten los tres grandes. Steve Nash deberá imponer su autoridad y no fiarse del talento innato de sus estrellas. ¿Cómo ordenar a nivel táctico un quinteto histórico con James Harden, Kevin Durant y Kyrie Irving? No parece descabellado que Durant ocupe la posición de ficticio 4, pero habrá que ver qué ocurre cuando Jordan se tome minutos de descanso y no haya un 5 natural. Lo que está claro es que Brooklyn Nets ha querido dar un golpe sobre la mesa y nadie puede reprocharles que escatiman en esfuerzos por conseguir hacer historia. A nivel de marketing y mediático la operación es memorable, ahora solo falta comprobar si en lo deportivo tienen éxito.