
Sam Hinkie, General Manager de los 76ers, ha sido el gran señalado por aficionados y analistas de los nefastos resultados obtenidos por la franquicia durante los últimos años, incluyendo una única victoria en este curso tras mes y medio de competición.
Desde que Hinkie fue contratado en 2013 para tomar las riendas en los despachos, los Sixers han acumulado en registro de 149 derrotas y tan solo 38 victorias, rompiendo récords negativos como el de la peor racha de derrotas consecutivas de la historia del deporte profesional estadounidense.
La franquicia de Pensilvania ha sacrificado el éxito a cambio de optar a las posiciones más altas del Draft en las últimas loterías aunque, por el momento, no han recogido ningún resultado o recompensa tangible que compense tantas derrotas y sufrimiento para los aficionados.
Ante tan sonrojante y paupérrima situación, el propio Hinkie ha entonado el 'mea culpa' y ha asumido la total responsabilidad por sus más que cuestionables y controvertidas decisiones de los últimos años.
"Nos hemos equivocado en nuestras predicciones", admitió el directivo al medio ESPN. "Ha sido mi culpa. He cometido muchos errores y estoy seguro de que cometeré más en el futuro", sentenció, en una última frase que no hará más que ahondar en la paciencia y el optimismo de la Ciudad del Amor Fraternal.
Curiosamente, estas palabras aterrizan en los medios de comunicación la misma semana que los propietarios de la franquicia anunciaron la contratación de Jerry Colangelo como Director de Operaciones de Baloncesto, tras lo cual, los primeros rumores en torno a una hipotética destitución del propio Hinkie han comenzado a aflorar.
Lo que si parece obvio es que el crédito del directivo está comenzando a agotarse, así como la paciencia de los propietarios de los 76ers.