
Cada día que pasa, estos Sixers están más cerca de pasar a la historia como el peor equipo de siempre en la NBA. Con la derrota sufrida anoche en casa ante los Memphis Grizzlies, los Philadelphia 76ers acumulan ya 29 derrotas en los primeros 30 partidos de esta temporada, habiendo ganado solamente un encuentro hasta ahora. Nunca en la historia de la liga un equipo comenzó la temporada perdiendo tantos partidos.
The 76ers are the first team in NBA history with 29 losses in their first 30 games. pic.twitter.com/5hiAXV3mg7
— NBA on ESPN (@ESPNNBA) diciembre 23, 2015
Siendo honestos, a ninguna persona que esté siguiendo la actualidad NBA con cierta regularidad va a sorprenderle este dato, lo que refleja el momento por el que pasa la franquicia de Pensilvania.
Un proyecto de equipo que cada día más gente cree que ha sido diseñado por Sam Hinkie desde hace tres temporadas con el único objetivo de perder partidos y acumular rondas del Draft, encomendándose a su lotería.
There have been seven games this season in which a team has turned the ball over at least 25 times. The 76ers have four of the seven.
— Dan Devine (@YourManDevine) diciembre 23, 2015
La joven plantilla que está desarrollando Brett Brown -y ahora también Mike D`Antoni- corre un gran riesgo de desperdiciar muchos de sus talentos debido a la negatividad que inunda el vestuario y condiciona en muchas ocasiones el rendimiento del jugador, cuyo espíritu competitivo se puede ver en muchas ocasiones perjudicado.
A diferencia de otros equipos perdedores, en el vestuario de los Sixers no hay ningún jugador veterano del que los jugadores puedan aprender, y hasta que llegase Jerry Colangelo a principios de mes -una contratación en la que tuvieron más que ver el resto de equipos que los propios Sixers- en las oficinas de la franquicia no había ninguna personalidad importante para atraer jugadores y configurar un plan de desarrollo de jugadores,
A este ritmo de victorias y derrotas, los Sixers ganarán 2 partidos más en lo que resta de temporada, lo que será un estigma en los próximos años y una mancha imborrable en la historia del equipo.