El calendario de la NBA ya está en la mesa y, como siempre, las miradas se dirigen primero a las grandes rivalidades. Sin embargo, algunos de los duelos más esperados no nacen de la tradición, sino de la emoción que despiertan los regresos. Los llamados revenge games añaden drama y tensión: jugadores que vuelven a las canchas que antes defendieron, ahora con otra camiseta, cargados de motivación y con la oportunidad de hacer pagar a sus antiguos equipos.
Kevin Durant encabeza esta lista de reencuentros especiales. Tras dos temporadas y media en Phoenix, marcadas por la irregularidad y sin que los Suns lograran siquiera entrar en el play-in, el alero regresa a Arizona con la camiseta de los Houston Rockets. La salida se dio de forma cordial, pero cada vuelta de Durant es, por sí sola, un acontecimiento que convierte ese duelo en cita obligada.
No muy distinto será lo que viva Bradley Beal. Su paso por Phoenix fue breve y olvidable, hasta el punto de que la franquicia decidió estirar su contrato para seguir adelante. Ahora, con los Clippers, volverá al Footprint Center a comienzos de noviembre, y lo hará con un punto extra de motivación. Un choque temprano en la temporada, pero con sabor especial.
El caso de Anthony Davis es uno de los más jugosos. El traspaso que lo envió a Dallas a cambio de Luka Dončić fue una de esas operaciones que sacuden los cimientos de la liga. Davis ya se midió a los Lakers la pasada primavera, aunque fuera de Los Ángeles. Esta vez el regreso será al Crypto.com Arena, donde los aplausos y los abucheos se mezclarán en una noche cargada de sentimientos encontrados.

Otros ejemplos
Norman Powell vivirá un contexto parecido en su regreso a los Clippers. Su etapa allí fue positiva, pero la falta de extensión de contrato lo empujó a buscar futuro en Miami. La primera visita de vuelta le servirá para intentar demostrar que la decisión de la franquicia fue un error. Algo similar pasará con Kristaps Porziņģis, quien dejó Boston después de ayudar al equipo a conquistar un campeonato y ahora vestirá la camiseta de Atlanta cuando vuelva al TD Garden. Probablemente lo reciban con cariño, aunque no le faltará el deseo de brillar. Jrue Holiday, también partícipe de aquel anillo, regresará apenas dos días antes con Portland, en otro reencuentro que promete intensidad defensiva y emoción.
Más áspero fue el final de la etapa de Deandre Ayton en Portland. Su salida estuvo marcada por rumores de falta de ética de trabajo y acabó con un buyout que lo dejó libre. Hoy en los Lakers, el pívot tendrá una oportunidad de oro para reivindicarse frente a los Blazers. Otro regreso de alto voltaje será el de Myles Turner, quien dio una década de su carrera a los Pacers antes de firmar con Milwaukee. El enfrentamiento directo, con ambos equipos luchando por la postemporada, añadirá un matiz competitivo todavía más fuerte.
El listado se completa con Jalen Green. Su paso por Houston dejó estadísticas sólidas pero también dudas sobre su impacto en la construcción de un equipo ganador. Ahora, con Phoenix, formará parte de un nuevo backcourt junto a Devin Booker, y su regreso a Texas promete tensión en el ambiente. El caso de Desmond Bane queda como anécdota amarga: traspasado de Memphis a Orlando, su vuelta al FedEx Forum tendrá que esperar, ya que los equipos solo se enfrentarán esta temporada en Europa.
Las revenge games siempre aportan un ingrediente extra al calendario. Más allá de las rivalidades históricas, son partidos que se cargan de emoción y que muchas veces inspiran actuaciones memorables. Este año, desde Durant en Phoenix hasta Powell en Los Ángeles, los aficionados tendrán varios de esos choques marcados en rojo, listos para añadir dramatismo y espectáculo a la rutina de la temporada regular.