Luka Doncic fue expulsado en el último cuarto del partido que Los Angeles Lakers perdieron 136-120 frente a los Oklahoma City Thunder, tras un confuso episodio con un árbitro que interpretó erróneamente una discusión del esloveno con un aficionado sentado a pie de pista.
"Yo nunca he hecho que echen a un fanático", aseguró Doncic tras el encuentro. "Nunca. Pero si alguien me habla, yo le respondo, como siempre. Esto no tuvo nada que ver con el árbitro. Así que, sinceramente, no lo entendí".
El incidente ocurrió cuando restaban 7:40 minutos en el último cuarto y los Lakers ganaban por 108-107. Fue entonces cuando el árbitro J.T. Orr le señaló su segunda falta técnica del partido, lo que derivó en la expulsión automática. La primera técnica había llegado en el tercer cuarto, luego de que Doncic protestara por una falta no señalada sobre su compañero Jarred Vanderbilt.
A partir de la salida de Doncic, Oklahoma City tomó el control del juego con una racha final de 29-12, asegurando una victoria que refuerza su liderato en la NBA con un balance de 65-14.
Según Tony Brothers, jefe del equipo arbitral, la primera técnica se debió a que Doncic "utilizó lenguaje profano dirigido a un oficial". Sobre la segunda, explicó que el jugador "miró directamente a un árbitro y usó un lenguaje vulgar".
Sin embargo, Jeremy Price, el aficionado involucrado —que se hace llamar "The Courtside Tattoo Dude"—, declaró a ESPN que Doncic se dirigía a él, no al árbitro. "Le dije que se quedó corto en un tiro, y cuando falló, se giró y me respondió con un improperio. Justo entonces, J.T. lo vio y le pitó la técnica", explicó Price. También mencionó que el año pasado ya tuvo un cruce similar con Doncic durante la serie de playoffs entre Thunder y Mavericks.
Vanderbilt respaldó a su compañero, señalando que Doncic simplemente estaba protestando por una falta evidente: "Me golpearon en la cabeza. Él solo se lo dijo al árbitro. Pero el árbitro le respondió: 'Puedo hablar con cualquiera menos contigo, Luka'. Se sintió algo personal".
La expulsión marcó un punto de inflexión en un duelo que tenía todo el ambiente de playoffs entre el tercer clasificado del Oeste, los Lakers, y el líder absoluto, Oklahoma City.
"Ambos equipos sabían que esto era como un partido de postemporada", dijo LeBron James. "Tenía esa intensidad, ese ambiente. Pero después de eso, el partido se volvió raro".
Por su parte, el entrenador de los Lakers, JJ Redick, lamentó el desenlace: "Fue un gran partido que, lamentablemente, no terminó como a cualquier aficionado del baloncesto le habría gustado, por decisiones de ciertas personas".