Anthony Davis no tuvo claro en el pasado la posibilidad de vestir la camiseta de los Chicago Bulls cuando su futuro quedó en el aire. Sin embargo, podría estar ahora más predispuesto a abrazar una ciudad natal que, esta vez, le devolvería ese afecto, especialmente después de experimentar lo que supone convertirse en el blanco de la frustración de toda una afición. El pívot, de 32 años, no eligió ser traspasado a los Dallas Mavericks, pero seguirá siendo “el jugador por el que se entregó a Luka Dončić” mientras permanezca allí. La atención sobre él será aún mayor tras la salida del ya ex gerente general Nico Harrison.
Dallas necesita pasar página y Davis también. La franquicia texana debe reorientarse hacia el desarrollo de Cooper Flagg, hacia la flexibilidad y hacia la acumulación de activos de futuro. Si además logra incorporar un base que cubra su gran carencia actual en la plantilla, mejor aún. El movimiento permitiría a Chicago retomar el rumbo después de un inicio prometedor que derivó en un bajón evidente; y, al mismo tiempo, ofrecería a Davis la oportunidad de dejar atrás un entorno hostil que él no provocó.
La propuesta de traspaso
Chicago Bulls recibirían:
Anthony Davis
Dallas Mavericks recibirían:
Nikola Vučević, Coby White, Kevin Huerter, primera ronda de 2028 protegida top-4, derecho de intercambio de primera ronda en 2029

Por qué tendría sentido para Chicago
Si Davis está sano, aportaría a los Bulls una amenaza constante por encima del aro y un ancla defensiva que ahora mismo no poseen. En teoría, también facilitaría el crecimiento de jóvenes como Josh Giddey y Matas Buzelis, al ofrecerles respaldo atrás y producción ofensiva interior. El coste económico sería elevado: 58,5 millones de dólares la próxima campaña más una opción de jugador de 63 millones en 2027-28, aunque las cuentas de Chicago están relativamente limpias y podrían absorber ese aumento puntual de masa salarial.
Además, de los 52,3 millones que salen en salarios, el único jugador al que los Bulls probablemente priorizarían renovar es Coby White. Incluso él podría terminar entrando en la categoría de activos a mover antes de perder valor, si el club no desea pagar a precio de mercado a un jugador que sería prescindible al lado de Giddey, claro referente organizativo de cara al futuro. Su importancia podría ser aún menor si la franquicia da más uso en la creación a Buzelis.
Si la idea es articular la ofensiva en torno a Giddey y Buzelis en el perímetro, Chicago necesitaría menos generación exterior y más defensa, rebote y producción interior: precisamente lo que Davis les daría. En el primer mes de competición, los Bulls fueron el equipo que concedió el mayor porcentaje de lanzamientos rivales en la zona. Ni White, ni Vučević, ni Huerter van a corregir esa tendencia, ni ahora ni más adelante. Y, además, renunciando solo a una primera ronda plena, Chicago no compromete su futuro. Si Davis les mantiene alejados de la lotería, el precio podría encajar.
Por qué interesa a Dallas
Desde un punto de vista estratégico, los Mavericks necesitan cerrar una etapa y centrarse en un proyecto liderado por Flagg, Dereck Lively II y la flexibilidad de futuro. La salida de Harrison les permite observar la situación con distancia, sin la obligación emocional de mantener a Davis. Si los problemas físicos de AD persisten, esas selecciones de Chicago podrían convertirse en oportunidades reales de acceder a la lotería justo cuando Flagg y Lively comiencen a encarecerse. Sería el momento perfecto para añadir talento joven y barato.
En el plano económico, liberar los 58,5 millones de Davis del próximo curso y, además, dejar el balance sin compromisos para 2026-27, concedería una capacidad real de maniobra, con Kyrie Irving como único jugador por encima de los 18 millones de dólares (en torno al 11% del tope salarial). White es un titular de alto nivel, candidato a All-Star, en pleno rendimiento, que mantendría competitivo al equipo esta temporada y ayudaría a Flagg a recibir balones en ventajas, sin necesidad de generarse todas las acciones.
Libre este verano, sería una opción ideal para respaldar o acompañar a Irving, convirtiendo el actual déficit de creación en un punto fuerte. El emparejamiento Irving–White podría plantear dudas defensivas en condiciones normales, pero no si detrás están Flagg, PJ Washington y Lively. Los tres pueden moverse, cambiar y cerrar el rebote, y el tándem Flagg–Washington podría asumir habitualmente a los exteriores más rápidos que Irving y White no puedan defender.
Davis sigue siendo una superestrella cuando está en plenitud, pero su coste, su historial de lesiones y su falta de encaje temporal en Dallas hacen que un traspaso sea lógico. Además, permitiría a los Mavericks empezar de cero. Sería lo mejor para todas las partes.