¡OKC Thunder pierde su tercer partido de la temporada!

Minnesota Timberwolves encontró la manera de frenar al mejor equipo de la liga y firmar una victoria de peso ante Oklahoma City Thunder por 112-107, infligiéndoles apenas su tercera derrota de la temporada. El resultado ajusta el balance de OKC a 25-3 y hace que el legendario 73-9 de los Warriors vuelva a parecer un objetivo un poco más lejano.

El gran protagonista fue Anthony Edwards, que regresaba tras tres partidos de ausencia por lesión y asumió el mando en los momentos decisivos. El escolta terminó con 26 puntos y 12 rebotes, coronando su actuación con el triple que dio la ventaja definitiva a 38,5 segundos del final, una acción que inclinó el partido a favor de Minnesota.

Los Thunder, vigentes campeones de la NBA, volvieron a apoyarse en Shai Gilgeous-Alexander, autor de 35 puntos y siete asistencias, pero no fue suficiente para evitar una derrota que llega en un tramo menos dominante, con dos tropiezos en sus últimos tres encuentros tras arrancar el curso con un impresionante 24-1.

En el bando local, Julius Randle aportó 19 puntos, aunque con una noche muy irregular en el tiro (3 de 15 en tiros de campo). Aun así, su presencia fue clave en el cierre, ya que un tiro libre fallado a 53 segundos del final permitió a los Wolves conservar una ventaja mínima y preparar la jugada decisiva para Edwards. El propio Anthony completó su impacto final con un rebote defensivo y un robo de balón a Gilgeous-Alexander en la posesión siguiente.

El trabajazo de todo Minnesota

El apoyo colectivo también fue determinante. Donte DiVincenzo y Naz Reid sumaron 15 puntos cada uno, mientras que Rudy Gobert dominó la pintura con 14 rebotes para unos Wolves que mejoran su marca a 18-10. El triunfo tuvo un sabor especial tras haber caído ante OKC en cinco partidos en las finales de la Conferencia Oeste la pasada primavera.

El ambiente en el Target Center fue eléctrico, impulsado por una transmisión nacional, el inicio del periodo festivo y la visita del campeón. La tensión se trasladó incluso al banquillo, con la expulsión del entrenador Chris Finch a mitad del primer cuarto tras protestar de forma airada varias decisiones arbitrales, obligando a asistentes y personal de seguridad a contenerlo.

El partido estuvo marcado por la falta de acierto. En la primera mitad, los Wolves lanzaron con un 34 % en tiros de campo y los Thunder con un 39 %. Minnesota también sufrió desde la línea de personal durante toda la noche, anotando 33 de 47 tiros libres, su cifra más alta de intentos en la temporada, pero suficiente para sostener una victoria que refuerza su confianza y confirma a Edwards como líder en los momentos grandes.