
Se esperaba un gran espectáculo en el séptimo y definitivo partido de Las Finales NBA, y Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors no decepcionaron. El partido fue tremendamente igualado y estuvo marcado por los desaciertos provocados por los nervios. Pero en los momentos decisivos los que aparecieron fueron LeBron James y Kyrie Irving, las estrellas de los Cavs, para dar a su equipo la victoria por 93-89 y el primer título de campeón en la historia de la franquicia.
Desde el salto inicial se notó que era mucho lo que había en juego, nada más y nada menos que el título de campeón de la NBA 205-16. El primer cuarto estuvo marcado por el poco acierto en el tiro y por las numerosas pérdidas de balón de ambos equipos. Cleveland Cavaliers sobrevivía gracias a los puntos en la pintura, mientras que Golden State Warriors lo hacía gracias a los triples. En estos doce minutos ningún equipo abrió una brecha considerable y el cuarto finalizó con un marcador de 23-22 favorable a los visitantes.
En el segundo cuarto el guión apenas cambió mucho y los fallos en el tiro seguían siendo la tónica habitual del encuentro. Pero en el tramo final Golden State Warriors empezó a entonarse y llegó al descanso con un 42-49 favorable. Una renta de siete puntos, que tal y como marchaba el partido, era más que interesante.
Los primeros minutos tras el paso por vestuarios se presentaban claves para el devenir del choque, ya que un buen arranque de Warriors podía hacer mucho daño. Y Cleveland Cavaliers era consciente del peligro que había, por eso salió a por todas y de la mano de un inspirado J.R.Smith fulminó la diferencia en apenas tres minutos. El partido volvía a empezar de cero, aunque la tendencia al alza era para los pupilos de Tyronn Lue, que de verse siete abajo al descanso, pasaron a verse con un 70-63 a su favor a falta de tres minutos para el final del cuarto. Pero un estelar Draymond Green, el mejor con diferencia de los suyos, apareció para volver a poner el marcador en un puño antes del último cuarto con el 75-76 para los de Steve Kerr.
Nos esperaban doce minutos llenos de emoción. Doce minutos en los que toda la temporada de ambos equipos estaba en juego. Doce minutos en los que se jugaba a todo o nada. Y toda esa tensión y presión se notó mucho y los puntos empezaron a subir con cuentagotas al marcador.
Y con todos esos ingredientes nos presentamos con un empate a 89 a falta de cuatro minutos. El grifo se cerró y ninguno fue capaz de anotar, e incluso hasta Curry firmó un par de fallos en el triple indignos de él. Hasta que a falta de 53 segundos apareció Kyrie Irving. Se jugó un uno contra uno frente a Curry y lo finalizó con un espectacular triple que daba medio título a los Cavs. En el siguiente ataque Stephen Curry volvió a fallar un triple y el balón se lo quedó Cleveland. LeBron James recibió una falta y se llevó un golpe en la muñeca al caer. Dolorido se dirigió a la línea de tiros libres y falló el primero. La tensión era máxima y "The King" se concentró para tirar ese segundo tiro libre y esta vez ¡sí anotó!. El partido estaba decidido y Cleveland ya puede celebrar su primer título de la NBA.
Sin lugar a dudas los grandes nombres de este séptimo partido han sido los de Kyrie Irving, con esa canasta decisiva y sus 26 puntos, y LeBron James, que ha firmado un espectacular triple-doble de 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, para demostrar que sigue siendo el rey del baloncesto mundial.