
Puede parecer una locura aseverar esto, pero Cooper Flagg tiene amplias posibilidades de no ser Rookie del Año NBA 2025. Si bien es cierto que el hype generando en torno a este jugador es más que merecido, por las evidentes condiciones de proyecto de estrella que atesora, su aterrizaje en Dallas Mavericks y la presencia de competidores firmes por este premio, son claves para pensar así.
Tarea hercúlea la que tiene por delante Cooper Flagg. No solo por las expectativas que ha generado, sino porque apenas tiene 18 años y se va a ver envuelto en una franquicia con aspiraciones competitivas, que le va a pedir madurez y ferocidad en la cancha, sin respetar los procesos y etapas lógicas y tan importantes en la gestación de un talento diferencial. No le van a entregar las llaves de la ciudad, sino que le van a pedir que trabaje como el que más y que dé un rendimiento importante desde el inicio.
Este escenario puede antojarse incluso de irresponsable en un joven que tanto necesita trabajar a nivel ofensivo, pero que no tendrá un ambiente propicio para poder equivocarse. Jugará mucho sin balón, tendrá un peso a nivel defensivo importante y sus números pueden verse muy mermados por no ser un referente principal en la ofensiva del equipo. Esto hace que el Rookie del Año NBA 2026 pueda estar muy abierto, teniendo también en cuenta los competidores que existen.
Y es que hay mucho jugón en esta hornada, chicos rebosantes de talento y que pueden anotar desde cualquier posición, a los que se permitirá jugar con sin presión y mostrar sus habilidades. Uno de ellos será Ace Bailey, que podría asumir un protagonismo absoluta en los Jazz, al igual que un Tre Johnson de potencial evidente y que puede ser importante en los Wizards. Tampoco habrá que perder de vista a Egor Demin, de los Nets y, sobre todo, a Hansen Yang, que puede erigirse en la gran revolución de esta generación.