
El pulso entre Quentin Grimes y Philadelphia 76ers continúa sin resolverse. Según Tony Jones de The Athletic, la franquicia presentó una oferta formal por un año, con un valor superior a la qualifying offer de 8.7 millones de dólares, aunque esa opción exigiría al escolta renunciar a su cláusula de no traspaso. A pesar de que ambas partes han mostrado interés en explorar un contrato multianual de hasta cuatro temporadas, las posturas económicas están todavía muy alejadas.
La tensión se refleja en los próximos compromisos del equipo. Tal como adelantó Shams Charania en NBA Today, Grimes no estará presente en el media day del viernes ni viajará con la plantilla a Abu Dhabi, donde los Sixers disputarán dos partidos de pretemporada frente a los Knicks. Su agente, David Bauman, remarcó que la del jueves fue la primera propuesta “seria y formal” desde el inicio del mercado, una demora que ha marcado un verano de desencuentros.
El contexto tampoco ayuda a desbloquear la negociación. La llegada del prometedor VJ Edgecombe vía draft ha reducido los incentivos de la gerencia para comprometerse con un acuerdo largo y costoso, más aún cuando la situación física de las estrellas Joel Embiid y Paul George introduce incertidumbre sobre el futuro inmediato del proyecto. En esas circunstancias, asumir otro contrato pesado podría condicionar la flexibilidad salarial en los próximos años.
Todo apunta a que la resolución será táctica y temporal: o bien Grimes acepta la qualifying offer y entra en la próxima agencia libre como agente sin restricciones, o bien se cierra un acuerdo por una sola temporada con un salario superior, siempre a costa de ceder en la cláusula de no traspaso. Ese escenario le abriría la puerta a un mercado de 2026 en el que más franquicias dispondrán de espacio salarial para pujar por él.
Una negociación estancada
Grimes llegó a Filadelfia en febrero procedente de Dallas, en medio de una plantilla golpeada por las lesiones y con dificultades para competir. En apenas 28 partidos, se convirtió en la principal referencia ofensiva con promedios de 21.9 puntos por noche y notables porcentajes de acierto (46.9% en tiros de campo y 37.3% en triples).
Esperaba que esa producción impulsara una renovación millonaria, pero se topó con un mercado complicado para los agentes libres restringidos, en el que nombres como Cam Thomas en Brooklyn o Jonathan Kuminga en Golden State también atraviesan situaciones de bloqueo contractual.
De hecho, Charania actualizó el caso de Kuminga, recordando que sigue siendo el único jugador proyectado del roster de los Warriors que no participa en el mini-camp organizado por Jimmy Butler en San Diego. El agente del alero, Aaron Turner, insiste en que la negativa de Golden State a renunciar a una opción de equipo en las propuestas presentadas sigue siendo el principal obstáculo.
Así, tanto Grimes como Kuminga representan el mismo dilema: jóvenes con talento probado que reclaman contratos a la altura de su impacto inmediato, enfrentados a franquicias que priorizan la flexibilidad y rehúyen compromisos a largo plazo sin un margen de seguridad añadido.