
Mark Cuban es mucho más que un empresario. Desde sus celebraciones encendidas al lado de la cancha como propietario de los Dallas Mavericks hasta su protagonismo en 15 temporadas del programa Shark Tank, su figura ha estado ligada tanto al mundo de los negocios como a la cultura popular en Estados Unidos. En ese recorrido han aparecido nombres claves como Luka Doncic y su traumática salida y la nueva esperanza Cooper Flagg, llamado a ser protagonista del futuro.
Por eso resulta natural que Cuban haya sido invitado a un reciente episodio de Network with Rich Kleiman, un espacio que explora la intersección entre deporte, negocios y cultura. Durante la conversación, el empresario abordó temas como la transformación de la propiedad en la NBA, el impacto de la inteligencia artificial en el deporte, la expansión internacional del baloncesto y la evolución del negocio deportivo en la era digital.
En uno de los momentos más reveladores, Cuban reflexionó sobre la relación entre la NBA y las competiciones internacionales: “Siempre fui fanático de que la NBA adoptara el enfoque del fútbol en los Juegos Olímpicos. Deberíamos crear nuestra propia Copa del Mundo, pero cada vez que lo propuse a Adam [Silver] o David Stern, la respuesta era que nuestro acuerdo con FIBA no lo permitía. Y de repente, renovaban ese acuerdo sin consultar a los dueños. Es más arriesgado intentar construir tu propia liga que organizar un super evento”, explicó.
El propietario de los Mavericks también repasó el pasado, presente y futuro de la liga. Recordó la huella imborrable de Dirk Nowitzki, habló de las emociones que le generó el traspaso de Luka Doncic y se detuvo en el potencial de la nueva joya de Dallas, Cooper Flagg. En sus palabras se mezclaron tanto la nostalgia como la ilusión por lo que viene.

“La verdad es que los dioses del baloncesto sonrieron cuando [los Mavericks] lograron a Cooper, y el chico es simplemente increíble. Es difícil comprender que un joven de 18 años sea la esperanza de una franquicia, igual que cuando conseguimos a Luka”, afirmó.
Kleiman, por su parte, destacó cómo la generación actual de superestrellas de la NBA se ha convertido en un fenómeno global, con atletas que trascienden el deporte para convertirse en referentes culturales. Cuban, siempre atento a las tendencias, reconoció que el baloncesto no solo se juega en la cancha: ahora también se disputa en el terreno digital, en las redes sociales y en los mercados internacionales.