
Toda evolución se cobra algunas víctimas y el baloncesto no para de evolucionar desde hace años. Poco tiene que ver lo visto actualmente con el estilo que imperaba hace muy pocos lustros. El juego de espaldas en el poste bajo, los ganchos o los lanzamientos a tablero son algunos de esos envites legendarios de este deporte que los más jóvenes considerarán episodios aislados. En la década de los 80 y 90 imperaban este tipo de jugadas, como también los lanzamientos desde media distancia. Michael Jordan fue el gran representante de ese lance del juego, pero piensen un jugador de hoy en día que destaque en tiros de cinco metros. La respuesta es simple: ninguno.
Los jugadores interiores se abren hasta la línea de tres sin rubor, los exteriores se enfrentan a la dicotomía entre buscar el triple o entrar a canasta con el fin de lanzar o doblar a un tirador liberado desde el triple y se considera casi una herejía tirar a canasta desde cuatro, cinco o seis metros. Tiene lógica. Los porcentajes desde el triple han subido, las defensas tienen que cerrarse para evitar penetraciones de físicos envidiables y un punto más a la hora de asumir riesgos es motivo suficiente para desdeñar esos tiros de media distancia que tanto maravillaron a todos. Michael Jordan cimentó su leyenda desde esa distancia, llegando a lanzar en una misma temporada la friolera de 671 tiros en ese rango. Solo Kobe Bryant y Dirk Nowitzki emplearon con maestría y recurrencia ese argumento en los últimos tiempos.
Jordan's midrange prowess is untouchable. Everybody knows he loved pull-ups and fadeaways, but the efficiency was incredible - like Dirk or Nash levels... Just look at this! pic.twitter.com/nHdk4BpCLK
— Kirk Goldsberry (@kirkgoldsberry) April 16, 2020
En unos gráficos facilitados por Kirk Goldsberry recientemente se aprecia con claridad cómo Jordan tenía porcentajes de acierto tremendamente notables, mientras que James Harden, por ejemplo, apenas lanza desde ahí. No es algo puntual sino la fiel representación de una tendencia común que se ha cobrado una nueva víctima. En el baloncesto moderno no hay cabida para esos plásticos y efectivos tiros de dos puntos a media distancia que Michael Jordan elevó a un estatus superior. No hay lugar para lamentaciones, aunque tampoco habrá que desterrarlo del todo ya que el futuro puede a veces dar lugar a un regreso al pasado.